Nuestro Señor Jesucristo Yacente:
La imagen es una talla portentosa de finales del s. XVII o principios del s. XVIII y de autor desconocido, posiblemente de escuela castellana. El Cristo fue restaurado por la Consejería de Patrimonio de la Junta de Extremadura entre los años 2005-2006, por Miguel Ángel Ojeda Zarallo.
La naturalidad serena y solemne de su rostro contrasta con el violento “rigor mortis” de su cuerpo. Los limpios rasgos de su cara y el cuidado tallado de su pelo y de su barba, configuran un magnífico trabajo, enfatizado por el realismo que presentan las inflamadas venas de sus sienes, que muestran las marcas dejadas por las espinas de la corona. Así como la lágrima de sangre que cae por su mejilla, mientas la boca permanece entreabierta.
La belleza plástica del Cristo Yacente se transforma en patetismo al ver su cuerpo en escorzo y lacerado.
Las heridas abiertas en sus hombros, rodillas y piernas, junto con la frialdad de los huecos dejados por los clavos, aumentan el sufrimiento que desprende la talla. El Cristo Yacente tiene en su pecho un sagrario que, una vez cerrado, pasa casi inadvertido al servir su pecho tallado como puerta del mismo. Es uno de los cinco Cristos con un sagrario en el pecho en toda España. Las andas lucen un magnífico trabajo de tallado y dorado de estilo barroco, obra de José Benítez y Antonio Flores de Casa Artex. La canastilla, con decoración vegetal, va rematada por doce cabezas de ángeles. Dos ángeles de cuerpo entero y de gran tamaño, en la parte trasera del paso, junto a la urna.
Los respiraderos están divididos en diez tramos. Los seis laterales están rematados por medallones con símbolos de la pasión de Jesús y en el frontal con el escudo de la cofradía bajo la corona real. Los faldones de terciopelo negro, llevan bordado en rojo y oro el escudo de la cofradía. Dispone de cuatro candelabros de estilo barroco, de metal repujado y bañados en oro. Cada uno de ellos tiene cinco brazos y terminan en tulipas o guardabrisas grabados, donados por el hermano de la cofradía, Antonio Luis Paulo do Coito, en el año 2009.
La urna realizada en madera tallada y dorada por Casa Artex y regalada por Víctor de la Cruz en 1909. Descata su estilo sencillo con detalles barrocos, llevando cuatro medallones grabados (cruz de toalla con la lanza y la esponja, tres clavos, columna con los flagelos y el gallo y la cruz de Santiago). El paso es portado por 32 costaleros de la Asociación de Costaleros y Capataces San José.