Capilla de San Francisco de Asís

Capilla de San Francisco de Asís

Esta capilla, la cuarta de la nave de la epístola y dedicada a San Nicolás de Tolentino, siempre ha pertenecido a la familia de los Rocha, y por el casamiento de cada uno de sus hijos ha pertenecido también a las familias nobles de la ciudad, Ulloa Figueroa, Moscosso… Era conocida también por ser la capilla de las Benditas Ánimas del Purgatorio, donde tenía su sede la citada cofradía y la bóveda de enterramiento a la entrada de la capilla.

Está cubierta con bóveda de cañón simple. La preside un retablo de fábrica pintado de estilo neoclásico mandado levantar en 1820 por el mayordomo José Calderón y Gómez, tras haber sido destruida en la guerra de la independencia por las tropas inglesas. Está compuesto por un cuerpo, tres calles y un remate. En la calle central una escultura representa el tema del abrazo místico de Cristo y San Francisco, y en las laterales dos óleos de San Cayetano San José. Los muros laterales de la capilla están cubiertos por paneles de azulejería del siglo XVII, decorados con motivos vegetales y geográficos, siendo de origen portugués. Gracias a esta decoración se inunda la capilla de maravillosos colores azul cobalto, amarillo, castaño anaranjado, verde aceituna y blanco. En el centro de los paneles y enfrentados entre sí, se recortan dos enterramientos parejos de mármol con lápidas cilindradas por escudos nobiliarios y roleos decorativos de similares características estilísticas, clasicistas e influencias claramente portuguesas. Uno de ellos pertenece al fundador de la capilla, don Sancho Sánchez de la Rocha, quien la puso bajo la advocación del titular San Nicolás de Tolentino. Frente a él, en el muro izquierdo, está el enterramiento y la vida de don Diego de la Rocha Ulloa y su mujer doña María de Mendoza en la que figura la fecha de 1640. En este mismo muro, y a la entrada de la capilla, está el enterramiento de la segunda mitad del 17 de don Gómez Figueroa de la Rocha y su mujer doña Ana Argüello Carvajal, así como de su hijo don Gómez de Figueroa de la Rocha y su mujer Leonor de la Rocha y Figueroa. Este enterramiento, además de lápida de mármol sembrada con escudo nobiliario, presenta la peculiaridad de ostentar en relieve un discreto retrato de medio cuerpo de su titular.