Capilla del Santo Entierro

Capilla de la hermandad del Santo Entierro

Nuestra cofradía del Santo Entierro, Virgen de las Lágrimas y Santiago Apóstol está situada en la primera capilla de la nave del Evangelio, donde tiene su sede canónica. Aunque su origen se remonta a comienzos del siglo XVI, no será hasta el año 1604 cuando sus reglas fueron aprobadas. Tuvo su primera sede canónica en la desaparecida ermita de Santiago, en la Alcazaba, que fue destruida durante la invasión francesa. Posteriormente se trasladó al convento de los Remedios, en la antigua calle Mesones para poner finalmente su sede canónica, en 1870, en esta parroquia de Santa María la Real.

Esta capilla tiene instalado en su frente un retablo de finales del siglo XVII o principios del XVIII, de madera policromada, compuesto por un cuerpo, tres calles y remate, con columnas salomónicas decoradas con hojas y racimos de vid. Su primer cuerpo lo preside la imagen de vestir de la Virgen de las Lágrimas, talla anónima del siglo XVII, entre dos pequeños tableros de madera con relieves de Santa Ana y de San José.

En un testero lateral de la capilla, y dentro de una vitrina, está la talla anónima del Cristo Yacente, del siglo XVII o XVIII, la cual es la imagen titular de la hermandad del Santo Entierro. Frente a él, un crucificado muerto de tamaño algo inferior al natural, de muy buena factura, con rasgos manieristas y posiblemente de principios del S. XVII, articulado, que nos permite todos los Viernes Santo realizar el auto sacramental del descendimiento de Cristo. En el suelo, como en la mayor parte de las capillas del templo, nos encontramos dos lápidas de enterramiento.

Terminamos diciendo que esta capilla, en la época conventual, estaba dedicada al culto de San Lorenzo, titular de la parroquia, antes de la llegada de los frailes.